El turismo del vino

La cultura del vino es propia de España, arraigada a unos valores históricos, sociales y de ocio. Nuestro país es un referente mundial en cuanto al vino, elaborando y confeccionando esta exquisitez. España es uno de los mayores productores de vino en todo el mundo, según fuentes del Ministerio de Agricultura.

La historia del vino está estrechamente vinculada a la agricultura y la gastronomía. En distintas culturas y civilizaciones el vino ha sido (y es) un elemento de gran importancia en la historia de distintas sociedades. En nuestro país encontramos múltiples vinotecas de exposición y cata de vinos pues es una bebida de gran valor cultural.

El cultivo del vino se reinventa, cambia, encontramos distintos sabores y aromas según su elaboración y cuidado. Además, el vino está fuertemente cargado de simbolismos, como podemos observar en la Biblia.

La uva, ingrediente fundamental del vino, se adapta a distintos climas, temperaturas y tierras, favoreciendo así su plantación y cultivo. En territorio español podemos apreciar un amplio abanico de agricultores y cultivadores de la uva para elaborar vino.

En estos últimos años podemos apreciar el gran poder de la cultura del vino que se ha extendido no solo ya como fenómeno social sino cultura. La extensa oferta de vinotecas que encontramos en nuestros alrededores da fe de ello.

Nuestro vino ya no solo es de interés nacional sino que también es de valor internacional. Este interés se aprecia en el elevado número de ofertas (y de demanda) de catas y visitas a bodegas como atracción turística. Conocer la historia de la producción, analizarla, aprender a distinguir aromas y sabores… es una experiencia cada vez más solicitada. Se trata de una experiencia en la que se aprenden conocimientos a través de la práctica (degustación) y la teoría (historia).

Este interés despertado surge de la valoración de lo propio, de nuestra cultura e historia. La industria del turismo del vino es de gran potencial. El vino posee atributos históricos y culturales de gran valor y reputación y ha sido este valor el que ha motivado el incremento del turismo de este sector.

Las experiencias con los consumidores y amantes del vino es totalmente satisfactoria, permitiendo experimentar nuevas prácticas gastronómicas. En nuestro país podemos disfrutar de varias rutas turísticas gracias a la gran producción vinícola española. Cada vez más personas apuestan por las escapadas de enoturismo gracias al elevado mercado de consumo.

El vino es, por tanto, uno de los mayores placeres de nuestra gastronomía. Saber entender cómo se elabora y cómo identificarlos es algo que cada vez más personas desean aprender. La cultura del vino siempre se ha etiquetado como “de lujo” pero en estos últimos años estamos apreciando severos cambios en los que podemos encontrar a todo tipo de personas que desean sumergirse en este mundo.

Saber apreciar con los cinco sentidos un vino es un juego y un placer que se puede aprender y practicar. El vino posee grandes virtudes culturales, sociales y favorece nuestra salud. El impacto del vino en nuestra sociedad es evidente.